Revista Rua


"La mayoría del público no es empleado público": asueto de carnaval en Bs As y medios
"The majority of the public is not a civil servant": carnival leisure in Bs As and media

Patricia Bouzas

“…Así la ciudad (y sus espacios), ella misma ya es interpretación, que se impone al sujeto como evidencia, producida por el efecto de trabajo de la ideología en el discurso…” (Zoppi Fontana, 1999b:202) [3]
 
 
Coincidimos con Zoppi Fontana (1998) y Orlandi (2001) en la posición teórica que niega la posibilidad de un acceso directo a la realidad. Según esto último, el lenguaje no refleja el mundo ni se abre a él como una ventana transparente, pero funciona como si fuese transparente. A este funcionamiento particular del lenguaje se le ha dado en llamar “ilusión referencial”. Así, en lugar de oponer realidad a imaginario, esta perspectiva define la realidad como un efecto necesario de lo imaginario. 
El corpus de trabajo está conformado por dos crónicas periodísticas del diario citado, aparecidas en el verano de 2007: “Hay cambios en algunos servicios por los feriados de carnaval” y “Los feriados de carnaval en la Capital reavivaron la polémica” de los días 19 y 20 de febrero. Haremos referencia también a un decreto de la Junta Militar (Ley 21320 BO 14/6/1976) en el que se reglamentan los días laborables y no laborables en todo el territorio de la Nación. La selección de los materiales obedece a otra asunción teórica: los medios de comunicación tienen un rol privilegiado en la construcción de la ilusión referencial y, entonces, son insoslayables para dar cuenta de la ciudad como universo interpretable. El carnaval, asimismo, se instala en el espacio urbano, apropiándose y, a su modo deteniendo lo que habitualmente está destinado a la circulación y proponiendo una circulación alternativa al ritmo de la ciudad A partir de 2004 esto que el carnaval hace en la calle (y con la calle) se proyecta sobre el tiempo de la ciudad, deteniendo al menos en Capital, la fluidez natural del calendario.
Nuestra hipótesis es que el discurso de los medios tal como se articula en esta muestra formula y pone a circular una imagen del carnaval, y con ella de la ciudad a que remite, cuyo momento de constitución no obedece a su coyuntura específica (la que supone la ley 1322 de 2004) sino que puede localizarseen la emergencia de un discurso que se sitúa en los primeros pasos de la última dictadura argentina (1976-1983). En este sentido, y pese a que la vuelta a la democracia de 1983 fue pensada desde diversas miradas como el comienzo de una nueva discursividad, podremos ver cómo, en el ámbito específico del carnaval, la formulación de los medios se alimenta de los efectos de sentido de una zona específica, históricamente determinada, de la memoria


[3] Las traducciones de las citas me pertenecen.