base del Plan[2], es decir los argumentos para la intervención sobre la ciudad los cuales comprenden tanto la delimitación de zonas según funciones urbanas (residencial, industrial, recreativa, circulación, etc.) como el diseño de la infraestructura vial, el plan de obras y la definición de usos y normas reguladoras para el espacio urbano, (específicamente la costa de la ciudad).
Sobre la base de ese criterio seleccioné un total de nueve secuencias de la ordenanza 176/93 que conforman el conjunto de ejemplos trabajados en este texto. Trascribo a continuación algunas de las más significativas y desplegaré en el desarrollo del análisis aquellas en las que aparecen las paráfrasis o reformulaciones transcribiendo del sintagma Abrir la ciudad la rio, transcribiendo sólo las partes más relevantes de cada una de ellas.
1) “El objetivo principal del Plan Urbano ha sido y es de DAR A LA CIUDAD UNA ESTRUCTURA FUERTE QUE CONSTITUYA EL ESQUELETO DE SOPORTE. Esta es la premisa básica y fundamental, para el caso particular de Posadas que está materializada frente al Río Paraná desde sus orígenes y creció luego a sus espaldas. En la propuesta se parte adoptando como voluntad de forma y diseño urbano el de abrir la ciudad al río desarrollándola paralela al mismo, con la expresa intención de rescatar el enorme potencial del paisaje actualmente ignorado” (CP, 1998:157).
2) “Existe una dominante real y potencial que enmarca al municipio de Posadas, que es el río Paraná y sus afluentes urbanos, sobre cuyas márgenes se han dado los asentamientos humanos, que han hecho uso espontáneo del mismo, signando por distintos factores que han gravitado a las diferentes etapas de colonización, y desarrollo a lo largo del tiempo (ejemplo: accesibilidad, factores socioeconómicos, culturales, etc.)” (CPU, 1998: 159).
3) “La intención está definida a partir del objetivo fundamental de salvaguardar y recuperar el enorme potencial estratégico que representa la costa urbana como componente estructurante del desarrollo de la ciudad” (CPU, 1998:158).
4) La hipótesis planteada en ese caso es que el crecimiento de las ciudades es generado y conducido por la infraestructura. Si la evolución urbana del momento se había dado en esa manera, era probable que se cumpliera en cualquier otro caso que se pretendiera como en el de la avenida de penetración, que dado su trazado llevaría el desarrollo de la ciudad junto al río y se estructuraría definitivamente siguiendo su forma y aprovechando sus visuales” (CPU, 1998:156).
En todas las secuencias trabajadas aparece el sintagma Abrir la ciudad al río o sus paráfrasis explicativas más cercanas:
a) desarrollo de la ciudad junto al río;
b) organización del asentamiento urbano a lo largo del río;
c) salvaguardar y recuperar el enorme potencial estratégico que representa la costa urbana como componente estructurante del desarrollo de la ciudad;
[2] Si tenemos en cuenta que en arquitectura y urbanismo, la idea está ligada a la forma del objeto en el proyecto, podemos pensar los enunciados que fundamentan, explican y definen el diseño urbano –significando discursivamente los límites del plano-, como gestos de interpretación sobre la ciudad. La noción filosófica clásica que subyace al concepto de forma es la de esencia conceptual que constituye e informa la materia que la asocia al límite y por extensión a las líneas del dibujo. Es esta acepción la que permanece aún en arquitectura: forma como límite, orden, proporción, idea, común a todas las versiones a las que el desarrollo de la disciplina dio lugar, y que remite según Silvestri a la “voluntad del sujeto o a su ausencia, para elevar la forma a producto espiritual de la resistencia o denunciar la presunción humana de poner límites a la realidad” (Silvestri, 2003: 37).
